Capítulo 1.

Por fin llego a Londres. Tras un largo viaje, salgo del coche, no estoy nerviosa pero la simple idea de que todo puede cambiar en cuestión de segundos me pone la piel de gallina. Cojo mis cosas y me dispongo a entrar en ese gran plató dónde, con suerte, tras hacer las pruebas, puede que me cojan para cumplir mi sueño.

Me presento al casting de The X Factor, diréis, otra que quiere ser cantante, y no, no me presento a las pruebas de canto, sino a las de baile. Sí, a mis 16 años,  uno de mis sueños es ser bailarina profesional, y ¿qué mejor para empezar en un programa tan conmemorado como lo es X Factor?

Entro, relleno papeles y me dan un número que tengo que pegar en mi abdomen. Empiezo a calentar, dentro de unos minutos me tocará actuar, ahora sí que estoy nerviosa. Y entonces, me llaman.
-Número 067513, prepárese, es la siguiente.

Con los nervios a flor de piel, y el apoyo de parte de mis familiares, salgo al escenario.

Me preparo delante de tres personas, entre ellas, el “caza talentos” Simon Cowell.
-Hola, ¿cómo te llamas? – Simon es quien habla, me pongo nerviosa, le tengo mucho respeto a este hombre.
-Hola, s-soy Virginia – Pues empezamos bien, tartamudeando – Virginia Baudry.
-¿Tú edad?
-16
-¿Qué canción nos vas a interpretar? – esta vez no es Simon el que habla sino otro de los jueces, Hugo creo que se llama.
-Voy a bailar “Do It Like A Dude”
-Suerte.  -  Me desean todos.

Hago la coreografía que tengo preparada, me sale, dentro de lo que cabe, perfecta. Mientras bailo, pienso en lo orgullosa que me siento solo por estar aquí, bailando en X Factor y en que, si no consigo pasar a la siguiente fase, seguiré igual de orgullosa. Termino en el minuto 1:56 aproximadamente. Lo tenía todo muy calculado cuando monté la coreografía.

Hugo se levanta y aplaude.
-Perfecta. La coreografía es perfecta. No tengo palabras.
-M-muchísimas gracias – me sonrojo.
-Tienes mi “SÍ” definitivo. – En ese momento me entran unas grandes ganas de llorar, pero me contengo, y agradezco una y otra vez su voto positivo.
-Yo también voto que SÍ, me ha encantado la coreografía. – El segundo voto positivo, estoy que no me lo creo, solo queda Simon, no sé porqué, pero tengo miedo.
-¿Te puedo hacer una pregunta? – Asiento con la cabeza, no puedo hablar, los nervios me corroen - ¿Esta coreografía la has hecho tú? – vuelvo a asentir – Es fascinante que una persona tan joven pueda hacer una coreografía tan fantástica, yo también digo que SÍ.

¿He oído bien? ¿He recibido los tres votos positivos? Estoy en “shock”, agradezco sus votos, y en general todo. Bajo las escaleras del escenario y grito por la emoción, lloro y mis padres me abrazan. No me lo creo.

Pasan los días y me mudo a una residencia, donde estoy con el resto de las chicas y chicos que, como yo, intentan cumplir su sueño. Somos alrededor de unas cincuenta personas, de las que, solamente veinte, podrán actuar definitivamente en el  programa.

Entro en mi nueva habitación. Es sencilla, poca cosa, paredes blancas, una ventana, un escritorio, una puerta que da al baño, un armario, y entonces reparo en que hay dos camas en la habitación con sus respectivas mesillas, es algo que me tenía que esperar, tendría una compañera de habitación, no es algo que me incomode pero tiendo a no caer bien a la gente… o eso creo. En ese momento llaman a la puerta, oigo como meten las llaves en la cerradura y entra una chica rubia, aparentemente de mi edad.
-¡Hola! Tú debes ser mi nueva compañera de habitación, ¿verdad?, soy Mery, Mery Smith, llámame solo Mery – ríe.
-Ho-hola, yo soy Virginia, Virginia Baudry, puedes llamarme simplemente Vir, si quieres claro…- estoy nerviosa, se me da muy mal interactuar con nueva gente.
-Vale, te llamaré Vir, por cierto, ¿de dónde eres? ¿Francesa? Lo digo por tu apellido, es francés, ¿verdad? Y tu acento no es que sea muy inglés, entonces, no eres de aquí, ¿verdad? – me abruma con tantas preguntas.
-Sí, mi apellido es francés porque la familia de mi padre es francesa pero, yo no soy francesa, ni tampoco soy de aquí – río – soy española, de un pueblecito al lado de Madrid – sonrío.
-Ah pues fantástico, me encanta conocer a gente nueva, sobre todo si es de otros países. Yo soy de aquí de Londres y este es mi segundo año en las pruebas de The X Factor, el año pasado me descalificaron por mi poca edad, y bueno, he decidido volver a intentarlo – me enseña su blanca y reluciente sonrisa, respondo a esta con una tímida sonrisa.

Pasan los días, cada vez soy más amiga de Mery, es una chica muy peculiar y maja, con un gran corazón. Me presenta a toda la gente que conoce por ahí y me voy adaptando poco a poco al lugar con su ayuda.

La siguiente fase es aprender la coreografía que nos enseña un coreógrafo y hacerla, las chicas por un lado y los chicos por el otro, de esta fase seleccionaran a los diez “peores”, cinco chicos y cinco chicas, y se irán a sus casas. En los ensayos me fijo en los demás  concursantes, todos son realmente buenos y bueno, yo… Pues yo me siento fuera de lugar con gente tan buena a mí alrededor.

Ya aprendida la coreografía de “Telephone” llega el día en el que tenemos que presentársela a Hugo, que es quien nos valorará.

Salimos al escenario, hacemos la coreografía, nos piden que salgamos del escenario y esperamos su veredicto. Mery está que no para quieta.
-Mery, por favor, me estas poniendo nerviosa, siéntate. – Le digo, en un estúpido intento de calmarla.
-Tía, no puedo, me va a dar algo, necesito salir ahí ya.
-Yo también, pero siéntate, estando así no vas a salir antes. – Se sienta y comienza morderse, como yo, las uñas. – Así mejor.

Llega la hora de la verdad, nos llaman para salir al escenario. Mery y yo salimos cogidas de la mano. Nos situamos todas las concursantes delante de Hugo y el coreógrafo y esperamos a que hablen. 




Holaaaaa, soy Vir, este es el primer capítulo de mi primera novela, espero que os haya gustado, comentadme por aquí abajo, recordad, soy nueva, no entiendo completamente de todo esto así que espero haberlo hecho bien. Un besitooo y dejadme algún comentario y votad, OS QUIEROOO.